La necesidad de un sano equilibrio
En Pos de la “Libertad” sabemos que muchas veces se cometen grandes excesos. Las reglas claras nos permiten vivir en Libertad, y la exagerada falta de reglas puede llevarnos al caos. Siempre la solución es el equilibrio. Por dar un ejemplo, eliminar los semáforos de las calles para “dar más libertad al tránsito” solo generaría enormes riesgos y peligros, y muchas otras graves consecuencias.
Algo así está pasando con el Comercio Exterior.
Hasta donde es “prudente” la libertad pretendida?
El actual Ministro de Desregulación de la Nación ha expresado públicamente que el exceso de regulación o burocracia con el fin de minimizar los riesgos puede producir inactividad.
Dentro de esta reflexión afirma que los Despachantes de Aduana “manipulan”, por ejemplo, la clasificación arancelaria en perjuicio del Estado y a favor de sus clientes, entre otras acusaciones. Critica a la vez cierta obsesión del Estado por tener un registro “para controlar nada y que no sirve para nada”, agregando que esta actividad sólo obstaculiza y encarece el servicio que presta.
Tales apreciaciones, además de representar una descalificación gratuita, son erróneas y torpes, dado que el Despachante no tiene, por ejemplo, el poder para imponer una clasificación arancelaria de la mercadería, dado que necesita imprescindiblemente de un funcionario aduanero. Habrá que eliminar también a la Aduana?
También comete el error de crear la figura del “Declarante” (DNU nº 70/23) haciendo que alguien sin la idoneidad o los conocimientos técnicos necesarios pueda “documentar” sabiendo los tremendos riesgos y costos que eso implica (y que no vale la pena aclarar).
La libertad en un contexto democrático debe desarrollarse dentro del marco de orden y regulación. Sin este orden, la ausencia de límites y normas claras solo trae inconvenientes, ineficiencias y desconfianza.
Argumentos por el absurdo
Confianza en el sistema
Si se permite que cualquier individuo actúe como declarante sin la debida capacitación, se está creando un escenario en el que la Aduana no puede confiar en la veracidad de la documentación presentada.
Esto obligará a la Aduana a realizar verificaciones más exhaustivas, lo que a su vez ralentiza el proceso de despacho y genera costos adicionales para las empresas.
Adviértase que la declaración aduanera al implementarse el SIM, requiere conocimientos sobre el Sistema Armonizado de Designación y Codificación de Mercancías y del Acuerdo de Valor del GATT, el cual es un tema no menor, dada las consecuencias que un yerro acarrea.
Efecto en el comercio internacional
La falta de un registro que garantice la idoneidad de los despachantes, puede llevar a un aumento en el riesgo de fraudes y contrabando.
Si la Aduana debe verificar cada envío de manera más rigurosa, el tiempo de espera para los despachos se incrementará, afectando negativamente la competitividad de las empresas en el mercado global.
El papel del Registro de Despachantes de Aduana
Un registro de despachantes de aduana no es un "kiosco" para trabar el servicio, sino una herramienta que asegura que solo los profesionales capacitados manejen procesos críticos de comercio internacional. Esto permite a la Aduana confiar en la información presentada, reduciendo la necesidad de controles exhaustivos y favoreciendo un flujo más ágil de mercancías.
La reciente creación de la figura del "Declarante", que permite a individuos sin la idoneidad necesaria actuar en el ámbito aduanero, plantea serias preocupaciones. Este cambio no solo desplaza a los despachantes de aduana, quienes poseen la formación y experiencia requeridas, sino que también puede comprometer la seguridad y la eficiencia del comercio internacional.
La Aduana, al no contar con la colaboración de profesionales capacitados, como ser los declarantes, se ve obligada a verificar de manera exhaustiva cada operación, lo que contraviene las recomendaciones de la Organización Mundial de Comercio (OMC) sobre la celeridad en los procesos de importación y exportación.
Conclusión
No dudamos de las ventajas de la desregulación y simplificación de los trámites y procedimientos aduaneros, pero entendemos que no caben arrebatos ni patear el tablero.
Se requiere en cambio, aprovechar la experiencia del sector privado y de los funcionarios del propio organismo de control, para cumplimentar a través de su interactuación, una reforma ordenada y eficaz.
COMISIÓN DIRECTIVA NACIONAL