Loizzo: “Nos quitan trabajo para beneficiar a unos pocos operadores”

La decisión del Gobierno de aumentar en un 300% el valor de lo que puede importarse a través de los courier provocó un profundo malestar entre los despachantes de aduana, los agentes de carga y los agentes de transporte aduanero.
La resolución 4259 de la AFIP elevó de 1000 a 3000 dólares el monto de las compras internacionales que puede realizarse con la intervención de los prestadores de servicios postales aeroexpresos.
Le siguió una cautelar presentada ante la justicia junto con un recurso de reconsideración ante la propia AFIP, patrocinado por el Centro Despachantes de Aduana (CDA), la Asociación Argentina de Agentes de Carga Internacional (AAACI) y del Centro de Agentes de Transporte Aduanero de la República Argentina (CATARA).
“Apoyamos y asesoramos al Gobierno. Somos proactivos. Advertimos los puntos que vemos que no están bien y aportamos soluciones”, destacan Enrique Loizzo y Pablo Pardal, máximas autoridades del CDA en una entrevista con Trade News, donde advierten que reclaman “dar marcha atrás con la medida”.
-¿Por qué se judicializó el tema? ¿En qué los perjudica el mayor monto de importaciones por vía courier?
-E.L.: Hay tres cuestiones: reduce nuestro trabajo, hay un beneficio direccionado (hacia los couriers) y hay un tema que tiene que ver con los controles.
-¿Qué pasa con los controles?
-E.L.: La Aduana controla todas las importaciones. En el caso de los couriers, muchas veces se paran los envíos y se mandan a régimen general porque no se cumple con terceras intervenciones necesarias. Pero también está la cuestión de la valoración y su fiscalización. Es difícil garantizar que en los envíos couriers no se esté subfacturando.
-Parece que en el régimen general los controles son efectivos en cuanto a intervenciones y valoración…
-E.L.: No hay ninguna posibilidad de que no lo sean.
-…y en el courier son más laxos, como si la Aduana no existiera. ¿Estos es lo que plantean?
-E.L.: No, en absoluto. No es que la Aduana no existe. Lo que planteamos es cómo hará la Aduana para controlar este nivel de operaciones. La Aduana de Ezeiza tiene un número limitado de funcionarios, muchos de ellos destinados a envíos courier, que trabaja las 24 horas, con verificadores habilitados fuera de horario para sacar la gran cantidad de operaciones. ¿Cómo se soporta el incremento de operaciones cuando el mismo gremio de aduana está advirtiendo que la gente no alcanza y que esto puede resentir los controles? Lo dicen los propios aduaneros.
-¿Comparten el discurso?
-E.L.: Es que entendemos lo que pasa, porque somos los operadores naturales. Los despachantes somos el primer filtro. Somos responsables de lo que se declara, auxiliares con una doble carga: pública, porque respondemos ante el Estado (que me autorizó a trabajar, me exige idoneidad y garantías) y ante el privado, al que le analizo todo y le digo qué intervenciones tendrá, qué aranceles deberá pagar. Asumimos la responsabilidad al firmar el despacho y tenemos toda la carga infraccional y el Código Aduanero encima. Y le decimos al Estado cuánto tiene que cobrar, cuánto debe tributar el privado por esa importación. Luego, sobre esa recaudación, hay todo un componente impositivo, que se recauda para el Estado. Con el régimen general, el importador puede deducir esos impuestos. A través del courier no deduce nada: llega a la puerta, y hay que pagar. Pero a este señor se lo favorece, aunque no esté reglamentado.
-P.P.: O sea, se está infringiendo normas (sólo el importador directo y el despachante están habilitados a importar), y se está favoreciendo a alguien que no tiene las mismas obligaciones ni responsabilidades (incluso penales) y que ni siquiera está habilitado por el Código Aduanero. Y encima, hace una declaración simplificada, meramente informativa, no comprometida. La Aduana controla y analiza, sí. Pero, ¿tiene capacidad de hacerlo? La subfacturación preocupa mucho, pero también otros temas como el fraude marcario, e incluso el narcotráfico.
-¿Por qué parece que tienen que permanentemente justificar su razón de ser?
-E.L.: En los años anteriores no tuvimos que justificarlo porque el 98% de las importaciones pasan a través de un despachante de aduana. Y es porque somos necesarios. Pero esto se revierte cuando se empieza a hablar de achicar costos, y nos identifican como un costo más. Formamos parte de una cadena de servicios al comercio exterior, y de esa cadena somos el costo más bajo. Nos identifican como que ponemos trabas, pero no inventamos la ley, la interpretamos y le damos forma en un despacho para que luego el Estado, a través de la Aduana, fiscalice.
-¿Cuánto le impacta a los despachante, dentro del universo de importaciones, el aumento de 1000 a 3000 dólares en importaciones vía courier?
-P.P.: Mucho, porque la norma no limita la cantidad de envío o tipo de mercadería (salvo que tenga intervenciones). Fraccionando envíos, a una importación por día, se llega a US$ 762.000 por año, porque los límites son por envío. Además, estamos ante un aumento del 300%, de un monto que es en dólares. Acá lo que estamos diciendo es que nos dejan afuera de competencia, cuando el Gobierno habla de competitividad y libre competencia. No queremos ser exclusivos, pero tampoco quedarnos afuera.
-¿El despacho no es burocracia?
-E.L.: No generamos las demoras, sino los procesos de la Aduana. Si el Estado, para expiar los problemas que tiene en los procesos, libera sólo para facilitar a algunos estamos equivocando el concepto.
-Parece que el courier es la panacea del comercio exterior, incluso para exportar…
–E.L.: Protestamos porque nos quita trabajo, entendemos que es problemático para el control aduanero y está direccionado a un solo operador. Encima, el importador no puede descargar impuestos en un despacho por courier. En el régimen general, la liquidación aduanera incluye los derechos de importación, la tasa de estadística y los impuestos: IVA al 21%, la percepción adicional del 20%, ganancias del 6% y 2,5% de ingresos brutos. Cuando el importador recibe el despacho ya tiene una posición de impuestos para hacer la descarga. En la liquidación del courier se paga todo al recibir, no puede descargar impuestos. El courier le paga al Estado, no discrimina y el importador no puede desgravar.
-¿En qué se parece esta protesta a la realizada con el Exporta Simple?
-P.P: Está fuera de discusión la necesidad de promover exportaciones nuevas y de valor agregado. Lo que planteamos es que los valores son excesivos, ya dejan de ser envíos de emprendedores y pasan a ser exportaciones de pymes, si tenemos en cuenta que el tratamiento simplificado es de 600.000 dólares por año, que ya es una operación de una pyme de producción seriada. Nuevamente, no somos la parte que encarece la operación.
-En ambos casos, se favorece importar y exportar por avión a través de Ezeiza en detrimento del barco vía Buenos Aires. ¿Por qué es así?
-P.P.: Porque se planteó desde la variable de tiempo: colocar mercaderías o recibirlas, en determinados volúmenes, más rápido. Es un error. Exportar 20 pallets de carne a Europa puede salir volando en 5 horas con todas las intervenciones y verificaciones físicas. La Aduana ayuda y apoya las exportaciones. Colabora con todos los procesos. Al courier, en cambio, sin estar reglamentado por el Código Aduanero, se le da todas las facilidades: hacen una declaración simplificada, informativa, sin estar habilitados para eso. No obstante, hasta le dieron la posibilidad de entregar certificados de origen.
-E.L.: Nos parece perfecto mejorar y avanzar. Colaboramos en la modernización y en los cambios operativos. Creemos que hay que estar preparados para lo que viene. Pero hay que poner las cosas en su lugar.
-¿Creen que el despachante representa un comercio exterior “viejo” versus uno nuevo que se está imponiendo?
-E.L: Si somos auxiliares del Estado, demostré que quiero colaborar, desde los aportes a la ventanilla única (VUCE) al operador económico autorizado (OEA). Si la solución es el e-commerce libre, bueno, que saquen el cartel que dice “Aduana” y pongan uno de tránsito “light”. No objetamos el cambio, sino sus reglamentaciones.
Nota publicada en TradeNews / Escrita por EMiliano Galli