Centro Despachantes de Aduana: 113 años defendiendo la profesionalidad y la integridad aduanera

Por Héctor Guillermo Vidal Albarracín.
En este 16 de agosto, el Centro Despachantes de Aduana celebra con orgullo sus 113 años desde su fundación el 16 de agosto de 1912. Una institución emblemática que representa a un colectivo profesional que ha sido, en los últimos tiempos, injustamente cuestionado y subestimado.
Los Despachantes de Aduana, actores clave en la compleja trama del comercio exterior, atraviesan hoy una etapa de profunda transformación, marcada por decisiones normativas como el DNU 70/23, que amenaza con dejar de considerarlos imprescindibles, en favor de la figura del “declarante”. Esta medida pretende justificar su implementación apelando a la necesidad de acelerar y abaratar los procesos de despacho aduanero. Sin embargo, detrás de ese argumento superficial se esconde una visión que no sólo desvaloriza la experiencia y capacitación de los despachantes, sino que también oculta riesgos reales para el control fiscal y la seguridad del comercio internacional. Es fundamental entender que la labor del despachante de Aduana no se reduce a un mero trámite burocrático. Es un trabajo especializado basado en años de formación técnica y experiencia en la correcta aplicación de la clasificación arancelaria y la normativa vigente, lo que garantiza que las mercancías sean declaradas con precisión y transparencia. Cualquier intento de menospreciar esta función abre la puerta a prácticas dudosas que pueden afectar seriamente la recaudación tributaria y el orden legal. Algunos sectores han intentado promover la idea de que la corrupción reside exclusivamente en la actuación de los despachantes, ejemplificando con supuestos errores en la clasificación arancelaria que perjudican al fisco. Esta percepción, además de simplista, es injusta y parcial. El sistema aduanero es una interacción compleja que requiere la colaboración y estricta fiscalización tanto de despachantes como de funcionarios aduaneros. Para que exista cualquier maniobra irregular, necesariamente debe haber una connivencia compartida, y no puede señalarse al profesional que actúa bajo rigurosos códigos de ética como único responsable. Además, la capacitación continua que caracteriza a los despachantes de Aduana se convierte en una barrera fundamental para proteger los procesos. Su experticia asegura que cada declaración se ajuste a la letra de la ley y que el comercio exterior se realice con la máxima transparencia. Apartar esta figura profesional, en busca de una supuesta mayor celeridad, puede redundar en una pérdida de control que en última instancia perjudica a toda la sociedad. Este nuevo aniversario es, entonces, una oportunidad para reivindicar y enaltecer el rol indispensable que tienen los despachantes de Aduana en la economía nacional y en la integridad del comercio internacional. Más que una simple profesión, es una vocación que vela por el correcto cumplimiento de la ley, la seguridad jurídica y la defensa del interés público.
La historia del Centro Despachantes de Aduana, sus 113 años de trayectoria y el papel crucial que sus profesionales desempeñan, merecen respeto y reconocimiento pleno. En tiempos donde la complejidad del comercio global exige mayores controles y profesionalismo, no podemos permitir que el falso prejuicio desplace a quienes con dedicación garantizan la transparencia y legalidad en cada despacho.. Este homenaje no solo celebra el pasado, sino que también defiende el presente y futuro de una profesión crucial para el país.